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11 de agosto de 2018

Caciquismo en Erandio: La elección del alcalde en 1911

Ayuntamiento viejo, en el barrio de Altzaga
Entre 1874 y 1923 el caciquismo fue uno de los principales protagonistas en la historia de España, sobre todo de gran influencia en las zonas rurales. La concreción electoral, en este contexto de sociedad de clientelas, era la principal forma de manifestarse el caciquismo, si bien no fue la única.

Los caciques se encargaban de controlar los votos de todas las personas con capacidad de voto de la localidad, que en Erandio, eran una gran minoría de los vecinos, lo que era la base de la alternancia política de la Restauración. Los caciques eran personas con influencia y poder económico en el pueblo, que podrían llegar a intimidar a los vecinos si las cosas no transcurrían como ellos querían. Erandio, como el resto de pueblos, no fue ajeno al caciquismo, y serán varias las elecciones donde se produzcan altercados, que de hecho era lo habitual en el pueblo cada vez que había elecciones. 

Son pocas las crónicas que hablan de episodios caciquiles en Erandio. Algunas pocas noticias y crónicas aparecían sólo cuando había grandes altercados y, también, sabemos algo de lo que ocurría en el pueblo por los socialistas, que será la facción más perjudicada en esta época por el sistema electoral caciquil. De hecho no será hasta la llegada de la II República cuando accedan a tener representación municipal, a pesar de que la Agrupación de Erandio se funda en 1896 y en 1911 habían conseguido representante en la diputación de Bizkaia. 

Así pues, ya en las de 1899 los socialistas del pueblo manifestaban las trampas que tanto en el distrito "riberista" y en el "antiriberista" se habían producido. En este sentido, se llegó a obligar por la fuerza a vecinos, se darán casos en que los muñidores llevarán a través de las huertas, y en hombros, a votantes escondidos para que no los vieran los adversarios. En dichas elecciones los socialistas manifestaron que se llego "a dar 500 pesetas por cuatro votos". 
Noticia aparecida en la revista Caras y Caretas, de Argentina, el 24-12-1912
El episodio que más resonancia tuvo a nivel nacional, llegando la noticia hasta Argentina donde se hicieron eco también en la revista "Caras y caretas", fue la elección del alcalde en 1911 por lo surrealista que fue. El resultado electoral había sido que los dos bandos de la burguesía habían quedado empatados, de este modo había siete concejales bizkaitarras y otros siete concejales favorables al cacique del pueblo, de este modo cuando se votó para elegir al alcalde dio empate.

Decidido que la suerte resolviese el empate, pensaron ambos bandos que, en el sorteo, el que hiciera las veces de alcalde podía fácilmiente colaborar con la suerte, y empezaron a defender el puesto con una tenacidad importante. Los bizkaitarras sostenían que el sorteo debía ser presidido por el alcalde interino, y los del bando contrario, que correspondía ocupar la presidencia al concejal que en la elección obtuvo mayor número de sufragios, que había sido el preferido del cacique.

Uno y otro, apoyados por sus respectivos amigos, pugnaban por ocupar la silla presidencial de tal forma que se llegó al extremo de sentarse en ella al mismo tiempo uno sobre otro, y diciendo los dos lo mismo a la vez, "Se va a proceder a la votación" gritaba uno, y el otro lo mismo, mientras se disputaban la urna a tirones para controlarla.

El alcalde interino, el bizkaitarra, viendo que era imposible desalojar del sillón a su competidor, suspendió la sesión y dio conocinento al goberaador de lo que ocurría; pero supo que los contrarios se proponían celebrar la sesión por su cuenta y riesgo, y par a evitarlo volvió al salón de sesiones y comenzó a disputar de nuevo el sillón y la campanilla al otro concejal. La escena fue larga y regocijadísima. Luchaban a codazos y empujones, jaleados por sus respectivos bandos. Cuando los luchadores comenzaban a perder la corrección y el enfrentamiento subía de nivel entró la Guardia Civil y desalojó el local.

El gobernador envió un delegado y se decidió que el Ayuntamiento se constituyera al siguiente día bajo la presidencia del delegado del Gobernador. Esto parecía dar por resuelto en conflicto; pero los bizkaitarras no querían confiar a la suerte la elección e idearon una estrategia.

De madrugada, los trasnochadores vieron salir a gran velocidad un automóvil que se dirigía a San Sebastian. Nunca se supo quienes fueron en él, pero se supo que hubo una juerga por todo lo alto, en la que corrió el champán y que en el momento oportuno las damas asistentes a la fiesta propusieron una excursión para lo que emplearon diversos métodos para convencer y lograr que se hiciera dicha excursión.

Al día siguiente, a la hora de la sesión señalada, faltaba el señor Aranaga, primo del ex alcalde, y otro del bando del cacique. Así pues, cuando los aliados de este daban por perdida la elección se presentó en el Ayuntamiento, el concejal ebrio sostenido por dos amigos y balbuceante, que se cayó del escaño teniéndole que levantar los compañeros. Celebrada la votación resultó elegido alcalde, por siete votos contra seis, Marcos Camiruaga Ugarte. Posteriormente el concejal en estado de embriaguez tuvo que ser llevado a casa sentado en una silla.

La Guardia civil impidió el acceso de los grupos se simpatizantes, de uno y otro bando, que intentaron repetir los incidentes que habían ocurrido el día anterior. El proceso conllevó la detención de varias personas, aunque la tranquilidad volvió a reinar al día siguiente de todo este proceso. 


Fuentes:
Caras y caretas, 24-12-1912
El Pais, 9-1-12, pág 4
La Epoca, 15-1-1912, pág 3