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9 de noviembre de 2019

La inauguración de las escuelas de Astrabudua

Autoridades en el patio interior (Fuente: Ayuntamiento de Bilbao)
En otro artículo que  escribí en el 2014 apuntaba cómo y cuándo Astrabudua pasó de ser un núcleo predominantemente rural a urbano, esto sucede a partir de mediados de la década de los cincuenta del siglo pasado, cuando se empiecen a notar los flujos migratorios propios del desarrollismo industrial en la ría del Nervión de la posguerra, y que en Erandio se vivirá especialmente con el entronque de numerosas fábricas y empresas nuevas en su territorio. En este sentido, en Astrabudua se construirá la nueva Iglesia, aparecerán nuevos talleres, los indices demográficos en el barrio crecerán exponencialmente y fruto de todo ello vendrá la necesidad de dotar al barrio de una escuela.

Al mediodía del jueves 22 de enero de 1959 comenzaba el acto de inauguración de las primeras escuelas del barrio de Astrabudua, por aquel pertenenciente a Bilbao. Se había levantado un edificio de carácter historicista, que constaba de tres bloques unidos. Los dos de los extremos serían destinados a dar clases y es en ellos donde estaba la dirección, los lavabos, los roperos, etc... uno de ellos iría destinado a dar clases a las niñas del barrio, y el otro a los niños. En medio quedaría un bloque destinado a patio cubierto en hora de recreo, así como susceptible de ser habilitado como salón de actos.

La parte baja estaba dispuesta de una parte dedicada a los niños, de forma que existe un porche o zaguán de ingreso, recreo cubierto, pequeño taller con su almacén, servicios sanitarios y escalera de comunicación con planta principal, y también de una parte para niñas y párvulos, que contenía un vestíbulo o zaguán de entrada, la escalera de comunicación con la planta principal, un despacho para profesores de párvulos, un guardarropas de párvulos, almacén de material, galería, servicios sanitarios y dos clases de párvulos.

La planta principal contaba, en la parte de los niños, con vestíbulo, galería, sala de profesores, pequeña biblioteca, guardarropas, almacén de material, servicios sanitarios y dos grados para niños. Y en la zona de las niñas era análoga la distribucción, a la de los niños.

La estructura y cubierta eran de hormigón armado, revestida la última de teja plana. Los pavimentos de entarimado eran de baldosa hidráulica y terrazo, según fuera destino de cada local. Las escaleras del edificio eran de mármol, la carpintería exterior metálica y la de interior de madera de pino. Además el edificio contaría con calefacción de agua caliente. Alrededor del perímetro, había una acera de losas de piedra; y el campo escolar, un cerramiento con puertas de acceso.

Además de este edificio, se preveía una vivienda para el conserje, compuesta de porche, vestíbulo, cocina, comedor, aseo, despensa, dos dormitorios y cobertizo para la leña, etc... En cifras, la construcción del edificio ascendió a 3.246.444,35 millones de pesestas, de los cuales el Estado contribuyó con 990.000. El mobiliario por su parte costó 215.000 pesetas.


Vecinos asistentes al acto de inauguración de las escuelas de Astrabudua (Fuente: Ayuntamiento de Bilbao)

Izado de la bandera nacional (Fuente: Ayuntamiento de Bilbao)
Al acto acudieron numerosos vecinos del barrio, así como los propios maestros que iban a dar clases y los alumnos. También acudieron diversas autoridades: el gobernador civil, José Macián, el alcalde de Bilbao, Joaquín de Zugazagoitia, el obispo de la diócesis, Pablo Gúrpide, el inspector jefe de enseñanza primaria, Juan Manuel Sánchez Marco, los presidentes de la comisión municipal de cultura, con su presidente a la cabeza, Vicente Elías, y el arquitecto de la obra, Germán Aguirre.

El acto de inauguración consistió en la bendición por parte del párroco Pablo Gúrpide, que fue asistido por el de la iglesia de San Lorenzo (inaugurada 5 años antes), así como de una pequeña visita por las instalaciones nuevas de las que se iban haciendo numerosos elogios de la misma. El acto de ainuguración terminaría con el izado de la bandera española en el mástil colocado en el patio de recreo exterior, mientras los niños del colegio cantaban el himno falangista.